sábado, 29 de mayo de 2010

POSCO: destrucción de bosques en la India


Esta empresa, que es una de las mayores productoras de acero del mundo, es bien conocida en la India y no precisamente porque “el acero ama a la naturaleza” -como está escrito en la tapa de su carpeta de presentación - y menos a la gente.

En 2005, la compañía coreana POSCO firmó un acuerdo con el gobierno de la India para construir una planta siderúrgica y un puerto, y realizar prospecciones mineras en el estado oriental de Orissa. Desde entonces, miles de personas se han opuesto al proyecto debido a los enormes impactos que tendrá sobre los pobladores.

La zona que sería otorgada a POSCO para las minas abarca 6.000 hectáreas de bosques primarios. Dichos bosques están habitados por una gran variedad de flora y fauna. Además, las comunidades tribales, que representan el 74 por ciento de la población de la zona circundante, dependen íntegramente de esos bosques para obtener combustible, forraje, frutos y plantas medicinales. Los manantiales de la zona les proveen agua para beber y para irrigación. Las minas afectarían también la cascada de Khandadhar, un lugar asociado a prácticas espirituales de los indígenas, que es también un famoso destino turístico de ese Estado. El lugar donde se origina la cascada – la cadena montañosa de Khandadhar – sería excavado por POSCO.

En junio de 2006, incluso el Partido del Congreso, el más importante de la India, dio su apoyo al movimiento popular contra el desplazamiento provocado por la planta siderúrgica propuesta por POSCO. Las poblaciones de Dhinkia, Nuagaon y Gadakujang, que serán desplazadas, eran prósperas gracias a sus actividades agrícolas. Los dirigentes del Congreso dijeron que quienes ahora son prósperos, cuando se los expulse de los campos de cultivo se convertirán en mendigos y trabajadores sin tierra.

En octubre de 2008, una decisión firmada por más de cien organizaciones y personas, mayoritariamente académicas, condenó la situación de creciente represión en Orissa contra la resistencia pacífica de la gente a la planta siderúrgica antipopular de POSCO. A pesar del régimen represivo estatal, la lucha se había intensificado; más residentes, especialmente mujeres, se habían unido a ella y en todo el mundo aumentaba el número de voces democráticas que condenaban al estado por actuar en contra de los valores constitucionales y los derechos humanos y a favor de los intereses empresariales. El nivel de represión llegó a su punto culminante cuando se encarceló al presidente del movimiento contra POSCO, Abhay Sahu.

En agosto de 2009, arrestaron más activistas por oponerse a POSCO y les levantaron cargos falsos. Nada menos que 20.000 personas de 15 aldeas cercanas temen que la construcción de la planta las deje sin hogar ni medios de vida. En cuanto a los planes de indemnización propuestos, la respuesta de la gente es que nada puede compensar el desplazamiento de miles de personas.

El pasado 15 de mayo de 2010, un conjunto numeroso de personas pertenecientes a diversas organizaciones sociales se manifestaron ante las puertas de las oficinas de POSCO, protegidas por un gran contingente de fuerzas policiales. Los manifestantes, entre los cuales había muchas mujeres, levantaron pancartas contra la compañía coreana y acusaron al gobierno de facilitar el proyecto siderúrgico de POSCO en el distrito de Jagatsinghpur, a pesar de la oposición de los aldeanos desplazados. La respuesta de las autoridades fue el ataque policial a los activistas de POSCO. La policía utilizó gas lacrimógeno, balas de goma y todo tipo de material antidisturbio cuando los aldeanos se negaron a abandonar el sitio. La brutal represión causo 100 personas heridas en la acción policial, cinco de ellas de gravedad, entre ellas mujeres y ancianos. Y encima el gobierno de Orissa no proporcionó ninguna ayuda médica a los heridos.

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