domingo, 31 de enero de 2016

INDIA: Contra el plan de ataques aéreos en áreas Adivasis (Comunicado del PCI Maoista)


La Red de Blogs Comunistas, como miembro del Comité Internacional de Solidaridad con la Guerra Popular en la India, va a asumir la responsabilidad de traducir a partir de ahora los comunicados del Partido Comunista de la India (maoista) a  la lengua española, empezando por el primero que ha sido publicado en inglés en 2016, con fecha de finales de 2015, en el entendido de que, como clarificó Lenin en "¿Qué hacer?", «...no es comunista quien olvida en la práctica que los comunistas apoyan todo movimiento revolucionario...»::

CONTRA EL PLAN DE ATAQUES AÉREOS EN ÁREAS ADIVASIS
PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ ESPECIAL DE ZONA DE DANDAKARANYA


En la zona de Bijapur, en Bastar, bajo la supervisión directa de altos funcionarios de la policía y oficiales de la fuerza aérea, se efectuaron el pasado 13 de octubre simulacros de ataques aéreos en los que participaron 3 helicópteros. El gobierno del BJP [Bharatiya Janata Party (Partido Popular Indio), en hindi] de Modi, partido brahmánico, nacionalista hindú y fascista, ha elaborado un plan de acción, bautizado “Misión 2016”, para liquidar la lucha revolucionaria en Dandakaranya antes de que finalice el año en curso. Dichos ejercicios y simulacros son parte del plan que pretende acabar, a sangre y fuego, con la lucha maoísta y las luchas de masas opuestas a los desplazamientos forzosos para entregar las riquezas y recursos naturales a las grandes empresas nacionales e internacionales lo antes posible. Nuestro Partido condena con toda firmeza el proyecto de ataques aéreos y hace un llamamiento al pueblo para que levante su voz y se oponga a ellos.


En Dandakaranya, en la actualidad, están desplegados unos 120.000 miembros de fuerzas paramilitares, policía y comandos. La seguridad sobre el terreno no ha dejado de reforzarse en todo momento. No han dejado de llegar a la zona contingentes de la Fuerza de Policía de la Reserva Central [CRPF, en sus siglas en inglés], de la Fuerza Armada de Chhattisgarh [CAF, en sus siglas en inglés], de los CoBRA [“Commando Battalion for Resolute Action”, en inglés], de la policía de fronteras indo-tibetana y de las fuerzas de seguridad fronteriza. Continúa asimismo el proceso de creación de nuevos campamentos en el interior y en las proximidades de los megaproyectos mineros, las grandes plantas industriales, las presas y las líneas férreas. Se están firmando Memorandos de Entendimiento por valor de miles y miles de millones rupias para proyectos en las zonas de mayoría adivasi de Rajnandgaon (Chhattisgarh), los siete distritos de la región de Bastar y Gadchirolli (Maharashtra) con el objetivo de beneficiar a Tata, Jindal, Essar, Neco Jaiswal, Lloyd, Adani, TPG-Texas Power Generation, etc.; es decir, a la burguesía burocrática compradora y a las compañías multinacionales. Con idéntico propósito de beneficiar a las empresas antes mencionadas, se han firmado Memorandos de Entendimiento con la NMDC [Nacional Mineral Development Corporation, en inglés] y la SAIL [Steel Authority of India Limited, en inglés]. Para facilitar el transporte de materias primas y mercancías de estas empresas, y para agilizar el despliegue de las fuerzas armadas, se está construyendo la línea férrea Dalli-Raoghat-Jagdalpur bajo una estricta vigilancia armada. Existe un proyecto de construcción de un centro de formación militar que ocupará las dos terceras partes de la superficie de “Abuj Maad”, tierras en las que han vivido siempre los adivasis maadia, que son una de las antiguas tribus. Se están construyendo a punta de la pistola bases para la fuerza aérea, aeropuertos, helipuertos y campamentos fortificados. Para poner en marcha estos Memorandos de Entendimiento no se está escatimando esfuerzos a la hora de arrebatar cientos de miles de acres de tierra [a los adivasis]. Existe una conspiración para expulsar a cientos de miles de personas y apoderarse de las tierras adivasis de Maadia, Muria, Halba, Batra y Durva, además de las no adivasis de Mahar, Marar, Kalad, Yadav y Gando. Gracias a las luchas de masas contra los desplazamientos forzosos, a la resistencia popular y a la guerra popular que dirige nuestro partido, las grandes empresas detuvieron megaproyectos como los de Bodhghat, Mendki, Raoghat, Chargaon, Amdai, Tulad, Surjagad, Damkodi, etc. Pocos de ellos no llegaron a iniciarse en los últimos 25 años. En la zona de Lohandiguda, en la región de Bastar, las masas locales, con su implacable resistencia de 10 años, obligaron a Tata a dar carpetazo a un proyecto de planta siderúrgica. Ha sido ésta una gran victoria del pueblo heroico.

La crisis económica y financiera imperialista se ha seguido agravando. En estas condiciones, los gobiernos, tanto central como de los Estados, han señalado como prioridad absoluta en sus programas la aniquilación lo antes posible de la lucha maoísta y de los recién creados órganos de poder político popular, los Krantikari Janatana Sarkar (comités populares revolucionarios), así como el saqueo acelerado y al coste que sea de las riquezas naturales del país. Modi, que es el principal lacayo de las grandes empresas nacionales y extranjeras, ha puesto en marcha la tercera fase de la operación “Green Hunt” [“Cacería Verde”, en inglés], que se está desarrollando con la mayor agresividad y que constituye, desde 2009, una guerra injusta contra el pueblo para liquidar la lucha revolucionaria a lo largo y ancho del país. Los ataques aéreos deben entenderse en este contexto.

Ajit Dobhal, consejero de seguridad nacional, y Vijay Kumar, consejero en asuntos de seguridad interna, visitaron Bastar durante las dos primeras semanas de octubre. Más tarde, en una reunión en Raipur de altos funcionarios de la policía y oficiales de la fuerza aérea, se tomó la decisión de llevar a cabo ataques aéreos. Conviene indicar que Modi visitó Dantewada el 9 de mayo para tratar exclusivamente de inversiones de capital y del Salwa Judum-2 [paramilitares organizados por las clases dirigentes indias]. Es bien sabido que, con la excusa de la “Guerra contra el terrorismo” que llevan a cabo los imperialistas, en especial los EEUU en defensa de sus egoístas y mezquinos intereses, ha perdido la vida mucha más gente inocente que combatientes en los ataques efectuados con aviones pilotados o no en Iraq, Afganistán, Pakistán, Siria y otros países o en los ataques israelíes contra Palestina. A día de hoy esto sigue siendo una realidad cotidiana. Ni que decir tiene que también en Dandakaranya la víctima de estos ataques aéreos será la población inocente adivasi y no adivasi. Antes de ello, ocho helicópteros MI-17, ocho drones, ya habían estado planeando día y noche sobre las cabezas de las gentes de Chhattisgarh. También han tomado parte en operaciones antinaxalitas cinco helicópteros de la fuerza aérea de Nagpur. Hay conversiones en curso para adquirir en el futuro inmediato muchos más aviones no tripulados y helicópteros. Es necesario levantar la voz desde todas partes en contra del uso del ejército y de la fuerza aérea, que fueron creados para hacer frente a las amenazas exteriores y no para hacer la guerra al pueblo. Todas las partes deben adoptar medidas para salvaguardar la dignidad y la existencia misma de los adivasis. Todos los patriotas deben dar un paso adelante en defensa de las riquezas y recursos naturales del país para nuestras futuras generaciones.

Nuestro Partido hace un llamamiento a todos los partidos maoístas del mundo, organizaciones revolucionarias, organizaciones internacionales de derechos humanos, sindicatos, a reconocidos intelectuales democráticos y progresistas, a todos los intelectuales progresistas y democráticos del país, organizaciones y activistas de derechos humanos, a las distintas organizaciones sociales adivasis y no adivasis, a los trabajadores y campesinos, a los estudiantes, jóvenes, artistas, escritores, científicos, ambientalistas, maestros, empleados y ciudadanos patriotas para que eleven su voz contra la decisión de efectuar ataques aéreos en Dandakaranya, a saber, en las zonas de mayoría adivasi de Rajnandgaon, Bastar y Gadchirolli, y para que salgan a las calles en señal de protesta.


Vikalp
Portavoz
Comité Especial de Zona de Dandakaranya


PCI (Maoísta)
28 de noviembre de 2015
 
 
---------

jueves, 28 de enero de 2016

Guerrilla naxalita golpea a la reacción: Al menos siete muertos, cinco policias, en explosión de mina terrestre contra convoy policial

 
27 de enero 2016
 
Al menos cinco policías y dos civiles (posiblemente informantes de las fuerzas de seguridad) resultaron muertos este miércoles en una emboscada tendida por el Ejército Guerrillero de Liberación Popular (PLGA, siglas en inglés).
 
Las fuerzas de seguridad realizaban una patrulla cuando fueron sorprendidos por la explosión de una mina terrestre a su paso en Chattarpur distrito de Palamau en Jharkhand el 27 de enero, informa NDTV. Como resultado de la explosión murieron cinco policías, dos civiles que acompañaban a las fuerzas de seguridad y al menos otros ocho policías resultaron heridos.
 
Las fuerzas de seguridad (SFs) iban hacia la zona de Kalapahari en un convoy cuando su vehículo fue atacado. Según los detalles, la policía de Jharkhand había detectado un grupo maoísta en la zona de Kalapahari en Chattarpur Block hace dos días y desde entonces se habían movilizado para dar caza a los guerrilleros.
 
"Esta tarde, a alrededor de las 14:00 hubo un fuerte intercambio de fuego entre las fuerzas de seguridad y los maoístas, y nos fuimos corriendo a por refuerzos cuando fuimos atacados" dijo un oficial de policía no identificado de Jharkhand.
 
----------

martes, 19 de enero de 2016

2-Day Bandh By Maoist To Oppose ‘Greenhunt’


A 2-day bandh has been called by Maoists in Nuapada, Malkangiri and Kalahandi districts from tomorrow protesting ‘Operation Greenhunt’. Operation ‘Greenhunt’ is a proposed joint operation by security forces against the naxals in the south-western part of Odisha. According to the sources the outlawed group has also called to observe bandh in neighboring Chhattishgarh. The bandh has been called by the Menpur Nuapada Divisional Committee demanding return of jungle land to tribal people and an exploitation-free society.
 


-------------

lunes, 4 de enero de 2016

INDIA: FREE SAIBABA !


Ejecución a sangre fría de un guerrillero naxalita

Miembros de HRF investigando el asesinato


Este viernes, el Foro de Derechos Humanos (HRF) dijo que la muerte del guerrillero naxalita Nagesh no había sido consecuencia de un tiroteo con las fuerzas de seguridad, sino que él había sido disparado y muerto a sangre fría por la policía. Nagesh murió el 28 de diciembre en el distrito de Sukma (Chhattisgarh) en un supuesto enfrentamiento con la policía.
 
Un equipo de investigación integrado por seis miembros del colectivo de derechos humanos, que investigo los hechos, denuncio que las autoridades mienten y que la muerte del guerrillero no fue consecuencia de un enfrentamiento con la policía. Dicha muerte sería en realidad una ejecución a sangre fría.
 
Según denunciaron Nagesh fue asesinado por tres policías a unos 200 metros de la aldea de Pusugudem. "La policía llevó el cuerpo a través de la frontera en Andhra Pradesh, lo lanzó cerca de un tanque y afirmó que murió durante un tiroteo", dijo un miembro del HRF. La organización demando que los oficiales de policía responsables deben ser procesados.
 
------------

domingo, 3 de enero de 2016

La lucha de las mujeres que se enfrentaron a una multinacional y ganaron


Este es el relato de una revuelta extraordinaria, un movimiento de 6000 trabajadoras de un nivel educativo muy bajo que se enfrentaron a una de las empresas más poderosas del planeta. En un país azotado por el machismo, desafiaron el mundo de los sindicatos y los partidos políticos, dominado por hombres, negándose a dejar que los hombres se hicieran con las riendas de su lucha. Y lo que es más: ganaron.
 
Es muy posible que usted haya disfrutado del fruto de su trabajo. Estas mujeres son recolectoras de té en el hermoso Estado de Kerala, en el sur de India. Trabajan para una gigantesca compañía de plantaciones, Kanan Devan Hills Plantations, que en parte es propiedad y en gran medida está controlada por la multinacional india Tata, propietaria de Tetley Tea. La chispa que desencadenó la protesta fue una decisión de anular la bonificación pagada a las recolectoras de té, pero las raíces del conflicto son mucho más profundas.
 
Ellas solas
 
Los y las trabajadoras del té en India no reciben un trato digno. Cuando investigué el sector en Assam el mes pasado, observé que las condiciones de vida y de trabajo eran tan malas, y los salarios tan bajos, que las trabajadoras del té y sus familias sufrían desnutrición y estaban expuestas a enfermedades mortales. Parece que la situación en Kerala no es muy distinta. Parte de las quejas de las mujeres es que viven en cabañas de una sola cama sin aseo ni otros equipamientos básicos, y aunque ganan significativamente más que sus colegas de Assam, dicen que las 230 rupias (equivalentes a 3,50 dólares) que perciben de jornal es la mitad de lo que ganaría un jornalero en Kerala.
 
Cuando a comienzos de septiembre las mujeres en Kerala reclamaron que se reinstaurara la bonificación –junto con una subida del jornal y una mejora de las condiciones de vida–, no solo desafiaron a la empresa que las emplea, sino también a los sindicatos que se supone que las representan. Las trabajadoras dicen que los líderes sindicales, hombres, están conchabados con la dirección de la empresa, negando a las mujeres sus derechos y asegurándose los mejores puestos para ellos mismos.
 
Cuando se hundieron los precios del té hace unos años y algunos terratenientes abandonaron sus plantaciones, según las mujeres, los líderes sindicales siempre se las arreglaron para mantener sus empleos. También dicen que los sindicatos no han hecho lo suficiente para conseguir que sus maridos dejen de gastarse sus ingresos en bebida sin velar por la educación de sus hijos ni atender a las necesidades sanitarias de sus familias. Y demostraron que podían lanzar una protesta efectiva sin ayuda de los sindicatos.
 
“Mujeres unidas”
 
Cuando 6 000 mujeres ocuparon la carretera principal que conduce a la sede central de la compañía propietaria de la plantación, la manifestación fue organizada por ellas mismas, que en su mayoría no tienen antecedentes de activismo sindical. Se llamaron a sí mismas “Pempilai Orumai”, o Mujeres unidas. En otra acción, las mujeres sitiaron el Munnar, uno de los destinos turísticos más populares de Kerala. El comercio y el turismo quedaron casi totalmente paralizados. Muchas de las consignas se dirigían abiertamente a los dirigentes sindicales. “Recolectamos el té y llevamos los sacos a hombros, mientras vosotros os lleváis las bolsas con el dinero”, decía una pancarta. “Nosotras vivimos en cabañas de hojalata, vosotros tenéis bungalós”, rezaba otra.
 
Cuando los dirigentes sindicales, hombres, trataron de unirse a la manifestación, los echaron de allí. Las mujeres atacaron a un ex dirigente sindical con sus sandalias. El hombre tuvo que ser rescatado por la policía. En otro incidente, las manifestantes arrancaron los mástiles situados en el exterior del edificio de los sindicatos. Asimismo, ahuyentaron a políticos locales que querían fotografiarse ofreciéndoles su apoyo. Las mujeres insistieron en que continuarían con sus protestas hasta que se vieran satisfechas sus demandas.
 
Al principio la empresa se mostró desafiante, pero después de nueve días de protestas y negociaciones maratonianas, supervisadas por el primer ministro del Estado, cedió. Fue una victoria sensacional: un grupo de mujeres semianalfabetas se habían enfrentado a uno de los intereses más poderosos del Estado… y ganaron. Las mujeres habían representado a la mano de obra en las conversaciones y forzado a la dirección a aceptar su reivindicación de restablecer la bonificación del 20%. Mientras, los dirigentes sindicales, hombres, tuvieron que tragarse su orgullo y firmar el acuerdo negociado por las mujeres.
 
Nada que perder
 
Pero la batalla todavía no ha terminado. La cuestión del aumento salarial ha de negociarse separadamente y cuando no se satisfizo la demanda de las mujeres de incrementar los salarios, los sindicatos lanzaron una campaña indefinida para reivindicar un aumento de los jornales de 232 rupias a 500 rupias. En parte, esto era un intento de recuperar la iniciativa tras el éxito de la lucha de las mujeres. Estas han rechazado formar parte del esfuerzo de los sindicatos y han lanzado su propia demanda independiente de un aumento salarial.
 
A comienzos de octubre, algunos activistas sindicales masculinos atacaron supuestamente una manifestación de mujeres, lanzando piedras. Seis personas sufrieron heridas de menor consideración. Pero las mujeres siguen decididas a continuar. “No tenemos nada que perder”, dice Lissy Sunny, una de las dirigentes de Pempilai Orumai, en declaraciones a la web de noticias india Catch. “El hambre y el sufrimiento forman parte de nuestra vida. No nos preocupamos incluso si morimos de hambre. Pero no dejaremos que nadie nos explote. ¡Basta ya!

 
Justin Rowlatt es corresponsal de la BBC en el sur de Asia.
 
 
Más información:
 
 
--------------

La guerrilla naxalita realiza sabotaje contra empresa de contrucción en Saran


 
2 enero 2016
 
En la madrugada de ayer sábado combatientes naxalitas del Ejército Guerrillero de Liberación Popular (PLGA) asaltaron una empresa privada dedicada a la construcción del puente Ara-Chapra y colocaron una bomba en la sala de generación de la misma cerca de la aldea de Chirandh en el distrito de Saran.
 
Policía dice aquí que unos 12 guerrilleros naxalitas irrumpieron en el lugar de trabajo de la empresa y obligaron a los empleados a abandonar el lugar. Más tarde desencadenaron la explosión de la bomba en la sala de generación, causando daños masivos.
 
---------

sábado, 2 de enero de 2016

Arundhati Roy: Cómo combatir hoy al imperio

 
 
Nota: Arundhati Roy es una escritora valiente que esta posicionada del lado del pueblo y de los oprimidos. Hoy de nuevo el régimen indio la ha puesto en el punto de mira y pretende procesarla por su defensa de  G.N. Saibaba, un profesor revolucionario y simpatizante de los naxalitas que acaba de ser encarcelado.
 
 

Arundhati Roy
El Mundo
15 de febrero del 2003
De qué hablamos cuando hablamos de imperio? ¿Quién es el imperio? ¿El Gobierno de Estados Unidos (y sus satélites europeos), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Mundial del Comercio (OMC), las multinacionales? ¿O es más que todo eso? En muchos países, el imperio ha generado otras cabezas subalternas, algunos subproductos peligrosos, como el nacionalismo, el fanatismo religioso, el fascismo y, por supuesto, el terrorismo. Todos ellos marchan del brazo del proyecto de globalización empresarial.

Permítanme ilustrar lo que quiero decir. la India, la mayor democracia del mundo, se encuentra en estos momentos en primera línea del proyecto de globalización. Su mercado se está abriendo a la fuerza por presiones de la OMC. Las privatizaciones son del agrado del Gobierno y de la clase dirigente de la India.

No es casualidad que el primer ministro, el ministro del Interior y el ministro de Desinversiones, los hombres que firmaron el acuerdo con Enron en la India, los hombres que están vendiendo la infraestructura del país a las multinacionales, los hombres que quieren privatizar el agua, la electricidad, el petróleo, el carbón, el acero, la sanidad, la educación y las telecomunicaciones, sean todos miembros o seguidores del RSS, una asociación hindú de extrema derecha que públicamente hace gala de su admiración por Hitler.

El desmantelamiento de la democracia se está llevando a cabo con la rapidez y la eficacia de un Programa de Ajuste Estructural.Mientras el proyecto de globalización empresarial produce una ruptura en la vida de la población de la India, las privatizaciones a gran escala y las reformas del mercado de trabajo están expulsando a la gente de sus tierras y de sus puestos de trabajo. Se están suicidando cientos de agricultores empobrecidos mediante la ingestión de pesticidas. De todos los rincones del país llegan noticias de muertes por hambre.

Mientras la clase dirigente emprende viaje hacia su destino imaginario, allá, a un paso de la cima del mundo, los desposeídos se precipitan vertiginosamente en la delincuencia y en el caos. Y este clima de frustración y de desilusión nacional constituye el mejor caldo de cultivo del fascismo.

Los dos brazos del Gobierno indio han llevado a la perfección el ejercicio de la pinza. Mientras uno está plenamente dedicado a la tarea de vender la India a trozos, el otro orquesta un coro de alaridos en pro del nacionalismo hindú y del fascismo religioso.Se ha puesto a realizar ensayos nucleares, a reescribir los libros de Historia, a prender fuego a iglesias y a demoler mezquitas.La censura, el sometimiento a vigilancia, la suspensión de las libertades civiles y los derechos humanos, la definición de quién es ciudadano indio y quién no lo es, particularmente en lo que respecta a las minorías religiosas, han pasado a convertirse en estos momentos en práctica habitual.

El pasado marzo, se produjo en el Estado de Gujarat una carnicería que acabó con la muerte de 2.000 musulmanes en una operación de persecución racial patrocinada por el Estado. Las mujeres musulmanas fueron uno de los objetivos más destacados. Las desnudaron y las violaron antes de quemarlas vivas. Los incendiarios saquearon tiendas, viviendas, talleres de tejidos y mezquitas y les prendieron fuego. Más de 150.000 musulmanes han sido obligados a abandonar sus hogares. Las bases económicas de la comunidad musulmana han quedado arruinadas.

Mientras Gujarat ardía en llamas, el primer ministro indio aparecía en la MTV para promocionar sus nuevos poemas. En diciembre del año pasado, el Gobierno que había orquestado la matanza obtuvo de nuevo los votos para seguir en el poder con una confortable mayoría. Nadie ha sido castigado por el genocidio. Narendra Modi, arquitecto de la persecución racial, orgulloso miembro del RSS, ha conseguido su segundo mandato como ministro principal de Gujarat.Si fuera Sadam, todas y cada una de sus atrocidades habrían aparecido en la CNN, sin duda alguna. Ahora bien, como no lo es, y como el mercado indio está abierto a los inversores de todo el mundo, la matanza ni siquiera ha alcanzado la categoría de incómodo fastidio.

Hay en la India más de 100 millones de musulmanes. En nuestra tierra ancestral se ha puesto ya en marcha una auténtica bomba de relojería.

Con todo esto quiero decir que es un mito eso de que el libre mercado echa abajo las barreras nacionales. El libre mercado no amenaza la soberanía nacional. Socava la democracia.

A medida que crecen las disparidades entre ricos y pobres, se intensifica la lucha por acaparar los recursos. Para hacer tragar sus acuerdos de buena voluntad, para comercializar los productos que cultivamos, el agua que bebemos, el aire que respiramos y los sueños que tenemos, la globalización empresarial necesita una confederación internacional de gobiernos serviles, corruptos y autoritarios en los países más pobres que hagan tragar las reformas más impopulares y reprimir los amotinamientos.

La globalización empresarial -¿no será mejor que la llamemos por su nombre: imperialismo?- necesita unos medios de comunicación que aparenten ser libres. Necesita tribunales que aparenten impartir Justicia.

Entretanto, los países del Norte dificultan el paso por sus fronteras y acumulan armas de destrucción masiva. A fin de cuentas, tienen que asegurarse de que sólo se globalizan el dinero, los productos, las patentes y los servicios; no los movimientos de liberación ni el respeto a los derechos humanos ni los tratados internacionales sobre discriminación racial ni sobre armamento químico y nuclear ni sobre las emisiones de gases de efecto invernadero ni sobre el cambio climático, ni tampoco sobre la Justicia.

Así pues, esto, todo esto, es el imperio. Esta leal confederación, esta obscena acumulación de poder, esta distancia que ya se ha hecho sideral entre aquéllos que toman las decisiones y aquéllos que no tienen más remedio que padecerlas.

Nuestra lucha, nuestro objetivo, nuestra idea de Un mundo diferente debe ayudar a eliminar esa distancia. Por tanto, ¿cómo podemos resistir al imperio? Lo mejor del caso es que no lo estamos haciendo del todo mal. Ha habido victorias importantes. En Latinoamérica ya han logrado unas cuantas: en Bolivia, la de Cochabamba; en Perú, la sublevación de Arequipa. Por otra parte, todas las miradas del mundo están puestas en Argentina, que trata de volver a levantar un país a partir de las cenizas a las que le redujo el FMI.

En la India, el movimiento contra la globalización empresarial está a punto de convertirse en la única fuerza política con capacidad para contrarrestar el fascismo religioso.

Por lo que se refiere a los deslumbrantes embajadores de la globalización, como Enron, Bechtel, WorldCom, Arthur Andersen... ¿Dónde estaban el año pasado y dónde están ahora? Como es natural, también debemos preguntarnos quién era el presidente de Brasil el año pasado y quién lo es ahora. Así y todo, muchos de nosotros pasamos por esos momentos negros de falta de horizontes y desesperación.Somos conscientes de que, bajo la capa de la Guerra contra el Terrorismo, que todo lo tapa, los hombres de traje están trabajando sin descanso.

Mientras caen las bombas sobre nuestras cabezas y los misiles de crucero surcan los cielos, somos conscientes de que se firman contratos, se registran patentes, se tienden nuevos oleoductos, se esquilman los recursos naturales, se privatiza el agua y George Bush planea emprender la guerra contra Irak.

Si consideramos este conflicto como una manifiesta confrontación a cara de perro entre el imperio y todos aquéllos que nos oponemos a él, podría dar la impresión de que vamos perdiendo. Sin embargo, hay otra forma de considerarlo. Nosotros, todos los que nos oponemos a su tiranía, hemos puesto sitio al imperio. Es posible que no hayamos detenido su avance todavía, pero lo hemos puesto al descubierto.Hemos conseguido quitarle la máscara. Le hemos obligado a salir a campo abierto. En estos momentos se alza ante nosotros en el escenario del mundo en toda su desnudez.

Que el imperio vaya a la guerra, pero en estos momentos se encuentra al descubierto, demasiado horrible para soportar su propio reflejo, demasiado horrible incluso para arrastrar tras de sí a su propio pueblo. No ha de transcurrir mucho tiempo sin que la mayoría del pueblo de EEUU esté de nuestro lado.

Hace tan sólo unas semanas en Washington, un cuarto de millón de personas se manifestaron en contra de la guerra contra Irak.Cada mes la protesta va cobrando un mayor impulso.

Antes del 11 de Septiembre, Estados Unidos tenía una historia secreta; especialmente secreta para su propio pueblo. Ahora, sin embargo, los secretos de Estados Unidos son historia y su historia es del conocimiento público. Es un secreto a voces.Hoy sabemos que no son más que mentiras todos y cada uno de los argumentos que se han utilizado para avanzar en el camino de la guerra contra Irak. El más ridículo de todos ellos es el del profundo compromiso del Gobierno de Estados Unidos para llevar la democracia a Irak.

Matar a gente para salvarla de la dictadura o de la corrupción ideológica es, por supuesto, uno de los viejos deportes del Gobierno de Estados Unidos. En Latinoamérica lo saben mejor que nadie.

A nadie le cabe la menor duda de que Sadam Husein es un dictador cuyos peores excesos contaron con el apoyo de los gobiernos de Reagan y Margaret Thatcher. No hay duda de que los iraquíes estarían incomparablemente mejor sin él. Ahora bien, en ese caso, el mundo entero estaría incomparablemente mejor sin el presidente Bush, un individuo infinitamente más peligroso que Sadam Husein.

Entonces, ¿deberíamos sacar a Bush de la Casa Blanca a bombazos? Está más claro que el agua que él está decidido a ir a la guerra contra Irak a pesar de los hechos y a pesar de la opinión pública internacional. En su campaña de reclutamiento de aliados, Estados Unidos está dispuesto a inventarse los hechos.

La broma de los inspectores de armamento consiste en que el Gobierno de Estados Unidos, de manera insultante y ofensiva, ha accedido a guardar unas ciertas formas, viciadas de raíz, de etiqueta internacional. Es como si quisiera dejar la puerta del perro abierta a aliados de última hora o a que las Naciones Unidas se humillen a entrar por ella.

En cualquier caso, a todos los efectos, la guerra contra Irak ya ha comenzado. ¿Hay algo que podamos hacer nosotros? Podemos reavivar nuestros recuerdos, podemos aprender de nuestra Historia, podemos seguir conformando la opinión pública hasta que se transforme en una ensordecedora garganta. Podemos convertir la guerra contra Irak en una pecera de los excesos del Gobierno de Estados Unidos.

Podemos exhibir en ella a George Bush, a Tony Blair y a sus aliados como cobardes asesinos de niños, como envenenadores de agua y como pusilánimes dinamiteros a distancia.

Podemos reinventar la desobediencia civil de un millón de maneras diferentes. En otras palabras, podemos llegar a suponer un millón de maneras de convertirnos en un grano colectivo en el culo.

Cuando George Bush proclama que «el que no está con nosotros está con los terroristas», nosotros podemos responderle: «No, gracias». Podemos hacerle saber que los pueblos de este mundo no tienen ninguna necesidad de elegir entre el Malévolo Mickey Mouse y los Mulás Majaretas.

Nuestra estrategia debería consistir no sólo en enfrentarnos al imperio, sino en ponerle cerco, en privarle de oxígeno, en avergonzarlo, en ponerlo en ridículo. Con nuestro arte, con nuestra música, con nuestra literatura, con nuestra tenacidad, con nuestra alegría, con nuestra brillantez, con nuestra resolución más implacable y con nuestra capacidad de decir lo que queremos decir, que es diferente de lo que, con su lavado de cerebro, nos están induciendo a creer.

La revolución empresarial fracasará si nos negamos a comprar lo que nos venden, sus ideas, su versión de la Historia, sus guerras, sus armas, su noción de lo inevitable.

Tengan esto presente: nosotros somos muchos y ellos son pocos.Ellos nos necesitan a nosotros más de lo que nosotros les necesitamos a ellos.

Arundhati Roy es escritora, autora, entre otros libros de El dios de las pequeñas cosas (1997) y El álgebra de la justicia infinita (2002).
 
---------