miércoles, 5 de junio de 2013

Documento del PCI (Maoísta) en apoyo a la Revolución Filipina [2ª parte de 5]





Traducido por SADE para ODC



¡VIVA LA REVOLUCIÓN FILIPINA EN MARCHA POR EL CAMINO DE LA VICTORIA CON LA TAREA INMEDIATA DE LOGRAR EL EQUILIBRIO ESTRATÉGICO!



¡EXTENDAMOS EL FÉRREO APOYO A LA



REVOLUCIÓN Y AL PUEBLO FILIPINOS!



¡OPONGÁMONOS Y CONDENEMOS EL OPLAN BAYANIHAN!






Semana de solidaridad con la Revolución filipina



(22-28 de abril de 2013)
El NEP desempeñó un papel importante en todos estos levantamientos de masas. El Partido dio una orientación clara a estos movimientos. El NEP adoptó una línea correcta en la lucha contra la línea derechista y reformistas de Lava. Ganó experiencia en las luchas de masas legales e ilegales. En todo este proceso el FDN desempeñó un papel vital en la formación y consolidación de diversas organizaciones de masas revolucionarias y democráticas. Dirigió directamente muchas luchas antiimperialistas y antifeudales. Reunió a cientos de miles de personas contra los gobernantes burocráticos y compradores. Se entregó a la tarea de coordinar y fortalecer en el campo los nacientes órganos alternativos del poder popular revolucionario. Los esfuerzos conjuntos del Partido, el NEP y el FND, permitieron crear y desarrollar los frentes guerrilleros, las zonas guerrilleras y las bases guerrilleras. La Guerra Popular avanzaba hacia un nivel superior. Gracias a esta experiencia quedó demostrado una vez más que el Frente Unido debe contar con una dirección proletaria y que la Alianza obrero-campesina pasa inexorablemente por la lucha armada. De este modo, además de las clases fundamentales, la pequeña burguesía urbana y la vacilante burguesía media también podían ser organizadas. Era posible utilizar las fracturas y escisiones en las clases reaccionarias, aislarlas, destruir su poder y establecer formas embrionarias del Poder de Nueva Democracia. Para tener éxito en la Revolución de Nueva Democracia (RND), la experiencia del FDN demostraba que el Partido y el Frente Unido deben tener el mismo programa y la misma línea de clase revolucionaria. El PCF aprendió sobre la Guerra Popular Prolongada, la revolución en dos etapas (primero la RND y luego la Revolución Socialista), sus principios fundamentales y su aplicación concreta en condiciones semicoloniales y semifeudales a partir de las experiencias de las revoluciones victoriosas de China y Vietnam, así como de sus propias luchas pasadas.





Al mismo tiempo, el Partido guiaba las organizaciones de masas por medio de oficinas [dependientes del] departamento de organización. Tuvo que hacer frente al problema de mantener su carácter secreto en las ciudades durante los ataques del enemigo. Sin embargo, en general, ese carácter secreto se mantuvo con éxito incluso durante el gobierno burocrático de Marcos, como pone de manifiesto el hecho de que el FDN publicara el boletín Liberación poco después de la declaración de la Ley Marcial. También puso en marcha el “Servicio de Noticias Filipinas Libre” con la ayuda y cooperación de la “Oficina de Prensa Nacional” del Partido. Envió a las zonas guerrilleras a un gran número de cuadros y activistas populares que se encontraban bajo la vigilancia del enemigo en las ciudades.


En 1975 y 76 se produjo una intensa actividad de los movimientos de trabajadores y estudiantes. Se crearon organizaciones campesinas legales fuera de las zonas guerrilleras. A medida que se iba desarrollando el movimiento popular progresista legal, los “Cristianos por la Liberación Nacional” (CLN) desempeñaron un gran papel. De este modo, el FDN se consolidó aún más y el gobierno comprador de Marcos fracasó en su intento de acabar con el movimiento revolucionario en 1976-77. Por el contrario, el movimiento se desarrolló y expandió durante ese periodo.


En esas condiciones favorables, las contraofensivas tácticas del NEP alcanzaron cotas extraordinarias en la primera mitad de los 80. En el periodo 1980-83, se crearon frentes guerrilleros en varias provincias. Se puso en marcha el programa mínimo de reformas de la revolución armada campesina. Se formaron los órganos del poder político. Para 1985 el NEP se había convertido en un ejército con 7 mil fusiles.


El pueblo moro en el sur formó un ejército contra el gobierno fascista de Marcos y emprendió la lucha armada. La Organización Revolucionaria Moro (MORO) se convirtió en miembro del FDN. El NEP ayudó a que se consolidara. El pueblo de la Cordillera resistió tenazmente la construcción de una presa en el Río Chico que iba a destruir el medio e hizo frente a la Cellophil Corporation en Abra. Contribuyó a formar el Ejército Popular y el frente revolucionario para lograr el derecho a la libre determinación. El movimiento revolucionario se desarrolló en otras zonas del país, especialmente en la región de nacionalidad lumad en Mindanao. En 1981 se creó el Frente Democrático del Pueblo de la Cordillera (FDPC), que se unió al FDN. En 1980, el FDN y el Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) llevaron a cabo una iniciativa de lucha contra la dictadura de Marcos ante el Tribunal Permanente de los Pueblos en la ciudad de Amberes, en Bélgica. De este modo, el FDN obtuvo un gran éxito en la organización del apoyo moral y material de otros países al movimiento revolucionario en Filipinas.


En 1981, se creó la Secretaría del FDN. En 1984, la Secretaría se formó [¿?] en el conjunto de la región de Visayas y más tarde en Paane, Negros y las islas Samar.


En 1982, el FDN planteó el proyecto de programa del nuevo Katipunan y lo envió a sus organizaciones amigas y otras organizaciones progresistas. A principios de 1985, creció su popularidad en el país y en el extranjero. En 1983, tras el asesinato del senador Benigno Aquino, hubo protestas populares sin precedentes. El movimiento Democrático Nacional dio un gran salto adelante. Se pusieron en marcha nuevas organizaciones populares, frentes unidos, organizaciones sectoriales y multisectoriales, movimientos abiertos de todo tipo; se organizaron marchas y grandes manifestaciones. Tras producirse la integración de los movimientos abiertos y la lucha armada tuvieron lugar grandes levantamientos de masas en el periodo 1983-1986.


Se produjo un rápido deterioro de las condiciones sociales del pueblo y se intensificaron las contradicciones entre las clases dominantes. La Guerra Popular asestó duros golpes a las fuerzas armadas gubernamentales. Hubo una gran protesta popular en contra del asesinato del senador Benigno Aquino. Todas estas circunstancias dieron lugar a la expansión del movimiento antifascista. En mayo de 1985, más de mil organizaciones de masas se unieron para formar un Frente Unido llamado Bayan erigido principalmente gracias a la voluntad y determinación férreas de los trabajadores, campesinos y la mayoría de las masas explotadas. Dicho Frente contaba con casi un millón de miembros entre mujeres, jóvenes, estudiantes, pobres de las ciudades, minorías nacionales, miembros de la iglesia, maestros y profesionales, que lucharon por la democracia y la libertad nacionales. Algunos sectores de las clases dominantes también se integraron en él. Se produjo igualmente una rebelión en el instrumento más poderoso de las clases dominantes: el ejército. La protesta de las masas tomó la forma de una insurrección general. Había asimismo un descontento creciente en el campo reaccionario. Como resultado de todo ello, la dictadura de Marcos se derrumbó en febrero de 1986.


A principios de los 80, llevada por las cada vez más favorables condiciones y por el rápido avance de la lucha revolucionaria, la dirección del Partido trató de obtener una victoria rápida, lo que se reflejó en el aventurerismo militar combinado con una política insurreccional a nivel urbano. La consecuencia de ello fue que el aventurerismo de izquierdas llegó a ser dominante en el Partido. Esta situación condujo a la valoración subjetiva, en Mindanao y en otras zonas, de que agentes enemigos se habían infiltrado en el Partido y en las organizaciones revolucionarias, lo que produjo una situación de histeria contra las supuestas infiltraciones (Kampanyang Ahos) y también ciertas tendencias burocráticas. Todos estos factores entorpecieron el avance de las fuerzas revolucionarias. El NEP no pudo contrarrestar las tácticas del enemigo y sufrió graves pérdidas. En aquel momento, en comparación con las fuerzas armadas contrarrevolucionarias, la Guerra Popular se encontraba en la fase de defensiva estratégica.


Durante este periodo, la lucha del pueblo contra la dictadura fascista se intensificó en el campo y las zonas urbanas de diversas formas. Esta lucha mitigó ligeramente la pérdida resultante de la desviación del Partido de la línea de la Guerra Popular.


Después de Marcos, Corazón Aquino llegó al poder. Inmediatamente mantuvo conversaciones con el FDN y llegó a un acuerdo de alto el fuego que se prolongó durante sesenta días. No obstante, el gobierno violó este acuerdo y provocó lo que se conoce como matanza de Mendiola. También dio inicio a una cruel y amplísima campaña represiva. Aunque Corazón Aquino había llegado al poder con lemas atractivos y democráticos, en la práctica, desde 1987, emprendió la política de “guerra total” y “organización gradual” contra el pueblo. A mediados de 1987, el gobierno desató el “Oplan Red Buster” y en 1988 llevó a cabo el “Oplan Delta Buster” que infligió graves pérdidas al Partido y al NEP.


El gobierno de Ramos que sucedió al de Corazón Aquino puso en marcha continuas Operaciones de Seguridad Interna (OSI) como los “Oplan Lambat Bitug 1, 2, 3 y 4”. Todas estas operaciones estaban dictadas de acuerdo con la doctrina estadounidense de los Conflictos de Baja Intensidad (CBI). Por un lado, se aplicaban tácticas de guerra psicológica y, por otro, se intensificaban cruelmente los ataques armados. El gobierno adoptó la táctica del “limpiar, mantener, consolidar”. Se crearon bandas secretas de asesinos como Alsa Masa, Pulahan, Putiyan, Decolores, etc. que, más tarde, fueron rebautizados como Organización Civil Voluntaria (OCV) y Unidad Geográfica de las Fuerzas Armadas Ciudadanas (UGFAC). De este modo, el país quedó estrangulado por el terror fascista, lo que, poco a poco, condujo a una situación de Ley Marcial no declarada. Aunque durante un tiempo el pueblo albergó ilusiones sobre Corazón Aquino debido al profundo odio contra la dictadura de Marcos, también el nuevo gobierno quedó aislado del pueblo al poco de llegar al poder. Aunque trató de eliminar el movimiento revolucionario, no lo consiguió.


En 1986, el FDN inició sus actividades en el sur de Luzón y creó sus dos Consejos Municipales en la región de Tagalog del Sur. A finales de 1986 y principios de 1987 se crearon sus Consejos Regionales. Posteriormente, todas las organizaciones de masas celebraron congresos y se reactivaron. De este modo, antes de finales de los 80, el FDN pudo reunificar las fuerzas revolucionarias. En el plano internacional mejoró las relaciones con las fuerzas antiimperialistas y entró en contacto con algunos gobiernos extranjeros y diversas organizaciones interestatales (internacionales).




El Congreso Nacional del FDN se llevó a cabo en julio de 1990. En dicho Congreso, de acuerdo con los principios revolucionarios fundamentales y la política del Partido sobre el Frente Unido, y tomando como base sus éxitos y las críticas fundamentadas contra las ideas erróneas sobre el propio Frente Unido, se formuló el Programa y la Constitución y se eligió el Consejo Nacional y la Secretaría.


El FDN trabajó principalmente como fuerza preparatoria de los órganos de poder del Estado desde el nivel municipal hasta la cúspide y también como una forma de organización. Las Conferencias y Consejos del FDN allanaron el camino para la construcción de los órganos del poder democrático popular. Pero el FDN no era un gobierno popular. Era una fuerza preparatoria para la formación de un gobierno de ese tipo. Realizó algunas funciones oficialmente en nombre de dicho gobierno popular. Representó al movimiento revolucionario y a los órganos de poder popular del Estado. Representó los derechos e intereses nacionales y democráticos de las amplias masas y los defendió. El FDN alentó las organizaciones de masas secretas y las fuerzas democráticas legales al intensificar y expandir las revueltas contra las fuerzas capitalistas y monopolistas extranjeras y las fuerzas reaccionarias nacionales en cada uno de los principales campos de lucha y en relación con las principales cuestiones de la vida nacional y social. Desempeñó un papel vital en la instrucción de las masas y su organización al exigir el cierre de las bases militares de Estados Unidos. Por todo ello, representó a las amplias masas de todo el país. Participó en las conversaciones de paz con el gobierno entre 1990 y 1992. Ambas partes firmaron la Declaración de La Haya el 1 de septiembre de 1992 y acordaron continuar las conversaciones.


El FDN y sus organizaciones fraternas están férreamente comprometidos con la línea general de la Revolución de Nueva Democracia. El FDN considera que una paz estable y justa sólo es posible si se cumple el objetivo de la lucha popular por la liberación nacional y la democracia. El FDN criticó siempre los llamamientos a la paz del gobierno, paz invocada sólo cuando aquél pretendía desencadenar una guerra total y una política represiva y cruel. El FDN se mantuvo firmemente apegado a su postura de que, para que haya conversaciones auténticas, es necesario un tercero –un gobierno extranjero neutral o cualquier organización internacional- y que las conversaciones se celebren en cualquier país extranjero neutral. Las actitudes, las acciones y la representación del FDN y sus organizaciones fraternas, tanto en Filipinas como en el plano internacional, contribuyeron grandemente al avance del movimiento revolucionario. Desde la formación del FDN, la influencia de todos sus éxitos redunda en beneficio de los cuadros revolucionarios, de los militantes, del arduo trabajo de las masas, de sus movilizaciones y sacrificios.


Mientras tanto, el movimiento dirigido por el PCF sufrió un revés en los últimos meses de 1988 debido a las equivocaciones y a las tendencias erróneas dentro del Partido. El Partido sufrió graves pérdidas en su dirección y también en sus fuerzas subjetivas. El Partido, el NEP, las organizaciones de masas y la base de masas se debilitaron considerablemente. Se redujeron las zonas de luchas. Incluso en esa adversa situación, las fuerzas revolucionarias se apegaron tenazmente a la lucha armada y combatieron la línea aventurerista errónea. En 1992 se emprendió el gran movimiento de rectificación y se llevó a cabo una profunda lucha de dos líneas. Como resultado de ello el Partido salió reforzado. También el NEP. El pueblo se unió. Las organizaciones de masas y el FDN se expandieron. La base de masas mejoró y se fortaleció. El pueblo filipino se organizó en poderosas luchas contra el imperialismo estadounidense y contra el gobierno títere del país. De este modo, poco a poco, se superó el recodo provocado por la tendencia errónea.


Debido a la debilidad ideológica y política de un sector de la dirección del Partido, se puso énfasis excesivo en las favorables condiciones objetivas en el país y se analizaron incorrectamente las contradicciones en el seno de la clase dominante. El Partido rectificó esos errores aferrándose tenazmente a la línea política general y a la línea de la Guerra Popular Prolongada, lo cual permitió sentar las bases de los futuros avances y éxitos. El Partido prosiguió la lucha contra los responsables de las tendencias equivocadas. Se expulsó del Partido a los intransigentes, a los renegados y a los oportunistas. Todas las fuerzas revolucionarias quedaron unificadas y la campaña de rectificación demostró ser un gran éxito. El partido amplió su base de masas en todo el país, la fortaleció e intensificó la guerra de guerrillas y Guerra Popular hasta donde permitieron las capacidades de las fuerzas revolucionarias y las condiciones favorables.


Para 1998-1999 el Partido había completado con éxito el segundo gran movimiento de rectificación con el que el propio Partido, el NEP y la totalidad del movimiento revolucionario lograron importantes éxitos. Así, consiguieron impulsar la Guerra Popular en función de su fuerza subjetiva y teniendo como eje la revolución campesina.




Entre 1998 y 2001, tras la llegada a la presidencia de Joseph Estrada, se desencadenó una nueva campaña represiva contra el movimiento revolucionario bajo el nombre de “Oplan Makabayan”, Dicha campaña se puso en marcha con el objetivo de dar un golpe concluyente a las fuerzas revolucionarias. [El enemigo] ejecutó la táctica de“limpiar, mantener, consolidar, desarrollar” concentrándose inicialmente en las zonas de Tagalog del sur y Bycol y, más tarde, en el norte de Mindanao. Aun así, esta nueva campaña represiva fracasó también en su intento de acabar con la resistencia armada revolucionaria del pueblo.


- Primera Parte del documento:
Documento del PCI (Maoísta) en apoyo a la Revolución Filipina [1ª parte de 5]

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