lunes, 2 de agosto de 2010
MOVIMIENTO FEMENINO INDIO CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR Y LA CORRUPCIÓN
El movimiento femenino indio La Banda Rosada intenta proteger a las mujeres que sufren violencia de género y luchar contra la crueldad de los maridos y la corrupción de los funcionarios.
Las mujeres del movimiento están vestidas con saris rosados que simbolizan su lucha contra la injusticia social. En el estado norteño de Uttar Pradesh la cantidad de sus partidarios supera las 100.000 personas. Unirse a esta lucha es a menudo la única opción para las mujeres en la India, donde la violencia familiar es una cosa habitual.
“Durante el último mes mi cuñado me apaleaba. Golpeó a mi hijo tan fuerte que empezó a sangrar. Acudí a la policía pero no me ayudaron”, se queja Siya Rani, una mujer que se convirtió en víctima de este tipo de violencia.
La Banda Rosada ayuda a estas mujeres indefensas que reciben amenazas y golpes en sus propias casas. La historia del movimiento empezó cuando su líder, Sampat Pal, de 48 años, no pudo aguantar la humillación que sufrían las mujeres a su alrededor y decidió actuar.
“Mi vecina era una joven que se casó a muy temprana edad. Su marido la golpeaba muy frecuentemente y reñimos”, cuenta Pal. “Cuando me amenazó, volví con cinco mujeres y le pegamos. Así empezó el movimiento. Siempre que una mujer recibe golpes o acosos, vienen a verme”, continúa.
El movimiento protege no sólo a las mujeres, aunque ellas son la mayor parte de las que acuden en busca de ayuda. Los hombres se dirigen a la Banda Rosada cada vez con más frecuencia. Así fue cuando los granjeros de la zona exigían subvenciones por las cosechas malogradas y pidieron a la Banda que participara en las protestas.
“La Banda Rosada se encarga de cualquier causa en la que alguien afronta injusticia, no importa si son ricos o pobres”, dice Ashok Srivastava, partidario del movimiento. “Puede requerir dinero y tiempo, pero estas mujeres luchan contra la injusticia y defienden a los inocentes”, continúa.
Pero la policía no ve con buenos ojos la actividad creciente de La Banda Rosada. Sampat Pal ya ha recibido denuncias y espera que le acusen formalmente de alborotos y ataques contra los funcionarios estatales. “La policía nos dice: 'No tomen el poder en sus manos'. Y les contesto: 'No tenemos otra opción. Si no tenemos confianza en la policía, necesitamos protegernos”, lamenta Pal.
En la India, donde las mujeres están entre los grupos sociales más oprimidos, los movimientos como La Banda Rosada ganan cada vez más popularidad. Y así será hasta que la administración corrupta no cumpla con sus compromisos.
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