Millones de trabajadores y empleados públicos de la India iniciaron hoy una huelga que, según los dirigentes de los principales sindicatos, es la mayor realizada en el país desde la independencia en 1947. El paro afecta a sectores claves de la economía como transporte y telecomunicaciones, industria manufacturera, banca, minería y metalurgia, actividad portuaria y servicios postales.
Entre las principales demandas figuran el cese de la contratación terciaria de mano de obra, enmendar la Ley de Salarios Mínimos, incrementar el pago de gratuidades e implementar el registro obligatorio de los sindicatos en un plazo de 45 días.
También, la creación de redes de seguridad social universal para los trabajadores del sector informal mediante la creación de un fondo nacional de seguridad social, la aplicación de las leyes laborales básicas, y la adopción de medidas contra las personas jurídicas o naturales que violen las leyes laborales.
Según cifra oficiales, en la India el número de millonarios pasa de un millón, mientras unos 400 millones de ciudadanos viven con menos de dos dólares al día, a despecho de los éxitos macroeconómicos que exhibe el gigante asiático.
Organizaciones sindicales y de defensa de los derechos calculan que más de 256 mil agricultores indios se quitaron la vida de 1995 a la fecha, llevados a la ruina por las políticas neoliberales.
La víspera, el primer ministro Manmohan Singh y el titular de Trabajo, Mallikarjun Kharge, llamaron vanamente a suspender la huelga y resolver los problemas ante la mesa de negociaciones.
La huelga cuenta con el apoyo de los principales sindicatos y ha sido concebida como protesta contra el alza de precios de los alimentos, y la política gubernamental de privatizaciones de las compañías públicas.
Los maoístas han hecho un llamamiento a secundar la huelga.