miércoles, 13 de abril de 2016

Los millonarios británicos compran niños en India para esclavizarlos

 
 

 
El año pasado unos 1000 niños fueron secuestrados y trasladados de India al Reino Unido, unos 600 más que en 2014. Los menores son destinados a las tareas domésticas, la explotación sexual o el comercio de órganos. El tráfico de esclavos a escala mundial mueve unos 30.000 millones de dólares anuales, siendo la India el país de origen de la mayor parte de personas esclavizadas. Otros países que son objetivo de los traficantes de niños son Albania, Vietnam y Nigeria.

Una banda organizada vende los hijos de los refugiados nepalíes y de familias indias pobres, como si fueran ganado. A un equipo encubierto del diario británico The Sun le ofrecieron niños y niñas de hasta diez años por 5.250 libras, unos 6.500 euros.

Un comerciante de esclavos ordenó a los niños alinearse ante el comprador y afirmó: “Hemos suministrado muchachos para el Reino Unido. LLévese un nepalí a Inglaterra. Son buenas personas. Son buenos para hacer las tareas del hogar y son muy buenos cocineros. Nadie lo va a perseguir por eso”.

El diario The Sun inició una investigación en Jalandhar (India, región del Punjab), una ciudad  de casi un millón de habitantes, cerca de la frontera con Nepal. Las bandas de esclavistas se aprovechan de las familias afectadas por el terremoto del pasado mes de abril en el que murieron 9.000 personas. Los que buscaron refugio en la India, ahora se encuentran sin hogar y sin medios de subsistencia.

Las bandas también se dirigen a las familias extremadamente pobres que se dirigen a la ciudad en busca de trabajo desde el estado indio de Bihar, pero terminan en las calles con demasiadas bocas que alimentar.

Los traficantes de esclavos venden los niños a familias burguesas. Luego los encierran en casas en la India durante el entrenamiento y la preparación de los documentos falsos para el viaje. El próspero negocio de los sobornos para conseguir documentos falsos, permite que puedan llevar esclavos al Reino Unido como huérfanos que han adoptado o familiares nacionales legítimos.

El periodista de The Sun se hizo pasar por un rico ciudadano residente en Gran Bretaña, en busca de una criada o criado, alegando que tenía una esposa enferma y una madre anciana.

El traficante le dijo: “Te voy a dar un consejo, llévate un nepalí. Tú decides, pero la mayoría de los que llevan a Inglaterra son de Nepal. Usted debe haberlos visto allí”. “Usted selecciona uno y me paga y luego volará con él. Después, usted no me conoce, yo no le conozco, nunca nos hemos visto, y no se aceptan devoluciones”.

Un día más tarde, llevó al investigador de The Sun al campo, donde se había dispuesto una desgarradora formación de niños esclavos: Amit, de diez años; una niña de 12 años de edad, llamada Pooja y Susti Ram, de 13. El vendedor Singh, ordenó a cada uno levantarse y decir su edad. Le garantizó que los tres estaban sanos y listos para trabajar. Explicó que tenía contactos que podían efectuar los trámites para ponerlos en el Reino Unido.

Singh presumía llevar ocho años en el negocio de la venta de niños y alardeaba de “tener una buena red” de falsificación de documentos para sacar los niños con destino al Reino Unido. Preguntado sobre si vendía a menores de 10 años, explicó: “No tiene sentido, van a estar llorando porque les faltan sus padres. No van a ser capaces de trabajar y entonces usted va a venir a quejarse. Lo que  se necesita son niños capaces de trabajar”.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario